No tomarse en serio al
primer interesado, poner un precio demasiado alto, no tener suficiente
visibilidad y una decoración demasiado personal son cuatro de los cinco
factores que hacen viable o no que vendamos un piso, o que lo hagamos a
buen precio. El quinto es el estado de conservación de la vivienda. No
arreglar pequeñas averías y detalles en mal estado puede suponer una
variación del precio final de hasta en un 25%.
El cálculo es de Alfa Inmobiliaria, que considera que los principales
problemas de conservación que se pueden encontrar en una vivienda son
sobre todo en las instalaciones eléctricas o de fontanería. Si el piso
se compra para luego reformarlo, se debe tener en cuenta que el precio
por m2 puede variar de media entre 400 y 500 euros.
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